EMOCIÓN

Aunque a primera vista resulte extraño, decimos que las emociones son lógicas, tremendamente lógicas. Esto es así porque las emociones son, fundamentalmente, efecto. Las emociones son el “resumen” de lo que antes ha pasado, y por ello consideramos que quien vive como vive, quiere lo que quiere y hace lo que hace, siente lo que siente. Por eso decimos que las emociones son informaciones, pero unas informaciones un poco crípticas que podemos conocer poco a poco, porque no nos informan de nada en directo, sino de cómo se da la confluencia de muchas cosas.

¿Qué es un sentimiento?

​Si buscamos una definición precisa de qué es un sentimiento, podemos encontrar la siguiente: «un sentimiento es una información sobre la conveniencia del objeto a la facultad» (Leonardo Polo). Desgranando el sentido de esta idea, lo primero que descubrimos es que los sentimientos son informaciones. Nos informan de algo que pasó y que podrá ser adecuado o inadecuado. Veámoslo con un ejemplo. Pensemos en el aburrimiento que se da en un alumno que estudia la geografía de España. Ejercita una facultad (en este caso sería la inteligencia) sobre un objeto (la geografía española) en un acto (estudiar) que realiza la persona. El aburrimiento surgirá cuando esa persona (el agente), al estudiar (acto), use su inteligencia (facultad) en ese objeto (la materia estudiada) y se sienta poco demandada. Entonces hay que percatarse de sobre qué cosas el sentimiento no nos da información. El aburrimiento ni habla de la realidad (los montes) que está siendo conocida en el objeto (la asignatura de geografía española), ni habla de lo que se hace (estudiar), ni habla de las facultades (inteligencia), ni habla de la persona que estudia (el alumno). De lo que sí informa el aburrimiento es de lo que se despierta en el alumno cuando todos esos elementos se juntan de una forma determinada. Da información solo de cómo se produce ese múltiple encuentro. El gráfico quedaría de la siguiente forma:

Sabiendo eso, vemos que es imposible atribuir el aburrimiento a uno de los elementos: ni los montes son aburridos, ni la geografía es aburrida, ni estudiar es aburrido, ni la inteligencia es aburrida, ni la persona es aburrida, pues el aburrimiento es el efecto de ese encuentro múltiple. Pero si uno de los elementos cambia (por ejemplo, la actitud del alumno), puede ser que todo cambie. Por ello decimos que el sentimiento es información de cómo una realidad se inserta en la complejidad de la vida de una persona que vive un momento concreto.

¿Cómo conocemos el sentimiento?

Dado que el sentimiento es el efecto que han dejado nuestras acciones por la complejidad de cómo vivimos (experiencias vividas, decisiones tomadas, relaciones personales que vivimos, creencias personales, rasgos de personalidad, expectativas, etc.), es como el rastro de un cometa; es lo que queda del cometa  cuando ya pasó. Entonces, lo que hay que preguntarse en primer lugar es qué pasó. Es decir, el sentimiento no se conoce empezando preguntándose “¿qué sientes?”. Preguntar qué se siente solo sirve para avivar el sentimiento, pero no para descubrir cuáles fueron las causas que han llevado a esa situación. Las preguntas serán del estilo siguiente: “¿Qué pasó? ¿Por qué pasó eso así?”. Y si el examen está bien realizado, entonces se concluye que es normal que, pasando todo lo analizado, se sienta de una forma determinada. Solo cuando se descubre esa lógica del sentimiento, se conoce el sentimiento. Es bien lógico que viviendo lo que se vive y haciendo lo que se hace, se sienta de una forma determinada. Los sentimientos no son caprichosos, sino un efecto de cómo está viviendo la persona en un momento concreto. Por esta razón son una oportunidad para que la persona se conozca a sí misma.

Con la herramienta “La lupa” aprenderemos a descubrir toda la información contenida en el sentimiento. El sentimiento es, así, fuente de información de ese estado personal. Esto implica que con el sentimiento no hay que hacer nada; está bien como está. Tocar el sentimiento (regularlo, por ejemplo) sería deformar la información e interesa que la información sea veraz.

Cuando se conozca la información, se llegará a conocer el estado personal y la actuación será sobre el estado, no sobre el sentimiento –no tiene sentido juzgar ni controlar una información. El cambio de estado es en verdad el crecimiento personal.

Así, esta propuesta de definición de los sentimientos permite hablar de una educación emocional basada en el desarrollo personal y enfocada hacia el crecimiento.

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