Tendencias educativas 2025: ¿Qué cambios nos esperan?

En el día Internacional de la Educación este año nos fijamos en el informe publicado por cinco especialistas reconocidos en el ámbito educativo reflexionando sobre las tendencias que se esperan en 2025 (https://www.infobae.com/educacion/2025/01/07/cinco-especialistas-anticipan-las-tendencias-educativas-para-el-2025-ia-educacion-socioemocional-y-ensenanza-hibrida/). En resumen: educación socioemocional, inteligencia artificial, modelos híbridos de enseñanza… ¿Hasta qué punto somos conscientes de qué suponen estos cambios para nuestros colegios y nuestros hijos? ¿Estamos dispuestos a aceptar todo lo que socialmente se presente o las instituciones educativas propongan? ¿Cómo tener un criterio robusto para saber qué cambios aceptar y ante cuáles decir “espera, que pensemos”?

La importancia de las relaciones en la educación

Día a día acompañamos a profesores que durante su hora de tutoría desarrollan actividades de educación socioemocional, educación afectiva y educación en virtudes. Y constatamos que ninguna herramienta, por cuidada que se presente, por revisada que se encuentre, por colorida y atractiva que resulte, es la clave para que las personas se conozcan, mejoren su vida y crezcan. Si no lo es un libro, tampoco lo será un medio tecnológico, ni una metodología de aprendizaje. Cierto es que ciertas tendencias favorecen más las relaciones, el aprendizaje memorístico u otros procesos, pero en este día invitamos a los educadores a preguntarnos: ¿con qué medios o herramientas estoy enseñando a los alumnos o hijos lo que quiero que aprendan?

Unos dirán que con tabletas, otros que con libro físico, otros que con determinada corriente innovadora, otros que con un método más tradicional… Sea como sea, la clave reside en las relaciones: ¿cómo podemos intensificar las relaciones interpersonales en clase, en casa, y fuera de ella? Así, estaremos ofreciendo a nuestros alumnos e hijos una experiencia clave: lo que aprendas es útil, pero estás llamado a convertir esa utilidad en algo valioso. ¿Sabes cómo? Entregando ese conocimiento o habilidad a alguien, alguien que no eres tú. A alguien que puede estar cerca de ti (tu familia, tu hermano pequeño, un compañero de clase…) o a alguien que aún ni siquiera conoces (tus futuros clientes, tus futuros pacientes, tus futuros hijos…). Y esa entrega de lo tuyo, de ti, es lo que da sentido a lo que aprendes y haces, lo que da valor y sentido a tu vida.

Cómo usar la tecnología para fortalecer el aprendizaje

En el mundo en que vivimos, con tantas posibilidades de conocimiento al alcance de la mano (en el smartphone, para la mayoría), adolecemos en muchas ocasiones de lo más importante: el sentirnos amados, escuchados, comprendidos y valorados, y el poder hacer esto mismo con los demás. Porque nuestra vida se realiza en el encuentro con los demás. Nadie nos hemos creado a nosotros mismos, ni todo lo que somos y tenemos nos lo hemos trabajado nosotros. ¡Hemos recibido tanto, tantos regalos! Entonces la pregunta es: ¿quiero quedarme para mí los regalos que he recibido? ¿Puedo entregar lo que tengo a otros, y así convertirme en un regalo regalador? Y conectando con el informe de las tendencias educativas en 2025: ¿cómo podemos usar la tecnología en el colegio para vivir como regalos regaladores? Lorena Vaccher (directora general de Educación en Argentina), por ejemplo, incide en integrar la educación socioemocional con la tecnología, para que esta pueda ser un medio para fortalecer las relaciones.

Y así, podremos vivir la educación orientados al propio éxito personal, al desarrollo de mis proyectos, donde los demás están alrededor pero tienen por qué ser necesarios para mi crecimiento… O bien orientados al cuidado de las relaciones, lo cual es sinónimo de cuidado de uno mismo, pero desde una posición que no busca asegurar, sino confiar; no controlar el propio bienestar, sino abrirse a que en el cuidado de los demás, yo también crezco. Seguramente nos encontraremos en muchos momentos enfocando las decisiones de los niños y jóvenes desde la primera postura: “defiéndete”, “persigue tus sueños”, “lo importante es que tú lo disfrutes, que te guste”… y posiblemente muchos de esos mensajes los dedicamos con buena intención. Pero, seamos sinceros, encierran a la persona en sus sueños, sus gustos, sus pensamientos y tendencias…

El papel de las familias y profesores

Tendremos cerca a muchas personas, pero así no nos encontramos con ellas, no nos estamos abriendo a ellas. ¿Podemos dar un paso desde el yo, hacia el tú, hacia el nosotros? ¿Podemos usar nuestros pensamientos, nuestros deseos y sueños, nuestras penas y alegrías, para compartirlas con alguien y escuchar las que él o ella tienen?

Muchas veces proponemos a los padres y madres de familia que dialoguen con sus hijos de interioridad a interioridad. ¿Eso qué significa? Como expone Melina Masnatta (emprendedora y consultora en Educación), se valora mucho la colaboración entre estudiantes, profesores y familias, pero tantas veces caemos más en ofrecer consejos a los niños y jóvenes y no tanto en escucharles y dialogar con ellos de corazón a corazón.

Si un niño cuenta a su papá que algo le dio miedo en la escuela, imagina qué valioso puede ser que el papá le cuente a su hijo también un miedo suyo, y juntos piensen qué podemos hacer cuando el temor nos paraliza, por qué nos ocurre, y cómo abrirnos al crecimiento. O un joven que comparte con sus padres por qué considera un buen amigo a su colega del colegio, y le pregunta a sus padres a quién consideran buenos amigos y por qué: se trata de una oportunidad en bandeja para dialogar sobre los criterios de vida y de elección a las personas de confianza, sin moralinas desancladas de la vida, con experiencias de relación.

Reflexión final

¿Cómo podemos usar entonces la tecnología para cuidar las relaciones en la escuela y la familia, en vez de para encerrarnos en nosotros mismos, o en vez de centrarnos exclusivamente en el contenido o las habilidades personales? Pensemos: ¿cuándo y cómo los niños y jóvenes trabajarán en el futuro para el bien de los demás, de la sociedad y de sus familias?

En la medida en que en el colegio y su familia hayan tenido experiencias concretas de que sus trabajos cobraban sentido cuando aportaban algo a los demás, y también cuando el trabajo de otros les beneficiaba a ellos. Concretamente, ¿cómo usamos la IA y tantos otros medios en la clase de Biología, de Lengua, de Matemáticas, de Educación Física o Artística… para aportar algo a alguien? ¿Para entender mejor nuestro cuerpo? ¿Para hacer más agradable la vida de alguien cercano? Y así, con cada uno de los medios que los educadores desarrollamos con los educandos. Ánimo, dando pequeños pasos que llenen de sentido las pequeñas acciones de nuestro día a día.

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