¡Qué emoción! – Extimidad

¿Por qué a veces al desear la experiencia del encuentro de intimidad nos creemos nuestras propias mentiras y vivimos experiencia de extimidad en lugar de intimidad?

Porque la extimidad confunde la intimidad con la exterioridad y expone la exterioridad pensando que así podrá lograr un encuentro íntimo. Esta exposición es un movimiento desesperado o una forma de autolesión. El movimiento desesperado se da cuando uno no valora lo que es y lo acaba vendiendo al mejor postor o, en un movimiento angustiado, se regala a cualquiera. Lo hace con la ingenua esperanza de que, si alguien lo quiere, será porque algo de valor tiene. Como uno no se valora a sí mismo, necesita encontrar la valoración por parte de otra persona y para eso se decora y exhibe para la satisfacción del otro. Cuando uno se da cuenta de la falsedad de su mostrarse, se desvalorizará más y lo solucionará exponiéndose más. Usa como remedio la propia enfermedad.

El extimio no sabe que es persona, sino que piensa que es un personaje, pues un personaje siempre tiene un auditorio. La buena noticia es que el error del extimio es precisamente lo que le puede salvar. Aunque el extimio comete varios errores, no todo en él es error, pues el ser humano vive por el encuentro de intimidades. La imagen humana que mejor muestra el encuentro de intimidades es la experiencia matrimonial, en la que el cuerpo desnudo queda expuesto y, entonces, uno piensa: el otro podría matarme, pero encuentro que me ama. En este proceso de reconciliación con uno mismo, la soledad es en verdad necesaria para la construcción de la propia intimidad, pero el extimio aún la vive como insoportable. Por eso necesita la ayuda de otros que le respeten y no acepten su exposición impúdica, sino que le traten como lo que es, alguien que es mucho más que su apariencia, alguien que es PERSONA. En el fondo, el extimio no se equivoca en lo que desea, sino en la forma de satisfacer el deseo. Una frase para que podamos pensar sobre el cómo, cuándo… mostrar la intimidad podría ser: “A cierto grado de amor, cierto grado de entrega de la intimidad”.

Cápsula sobre el término extimidad que se aborda en nuestro libro “Palabras que transforman la vida | Vocabulario emocional y Educativo”.

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